Hola y Adiós

Esa noche de viernes "desenfrenado" como muchos otros,

andaba caminando con mis amigos en busca de una linda mujer

con quién hablar, bailar y por qué no, con quien pudiera pasar la noche.

De pronto vi a una mujer muy bella pasar frente a mi, con su pelo negro, sonrisa mágica, un brillo en sus ojos muy especial y con sus pechos a medio tapar y unas nalgas tan bien formadas.

vestía uno jeans bastante apretados, una blusa escotada que dejaba ver ese lunar en el medio de sus senos y una bien formada cintura.

Siguiéndola llegué hasta un bar que nunca antes había visitado, saludó a un par de amigas, se sentó y pidió una cerveza -para entrar en tono nada más, me imagino-

pusieron de fondo esa música con letras sin sentido pero con buen ritmo, que sin saber por qué, a la gente le gusta, ya con dos cervezas en la cabeza, decido acercarme a invitarla a bailar, corriendo el riesgo de ser rechazado y perder esa buena imagen que tenía de aquella mujer.

- Hola !, disculpa ¿¿ podemos bailar ??

-- ehmmm, Sí, por qué no ??

-sonreímos los dos-

empieza a sonar una canción muy buena de salsa, la tomo de sus manos y empezamos a sacudir las penas del cuerpo con ritmo y alegría, ella empieza a mover esa cintura hermosa que tiene, y yo, con lo que podía trataba de seguirla para no quedar como un tonto frente a tanta gente.

Llega lo mejor de la noche, ponen una canción romántica, de aquellas que te obligan a abrazar a tu pareja de baile y que te arranca una sonrisa por dentro de la felicidad por hacerlo.

en esas instancias pregunto su nombre, Lucía -responde-

para romper el hielo pregunto sobre ella, que le gusta, que hace, etc. etc.

Al terminar la noche la llevo donde están sus amigas y hago la pregunta que de por ley se hace en esos momentos

¿¿ Nos vemos otro día ??

-Tengo una mejor idea, acompáñame -responde-

Me lleva de la mano hasta el estacionamiento, abre la puerta trasera de su carro, y en la oscuridad de la noche y las ganas que teníamos el uno por el otro, pasa lo que tenía que pasar.

Quito parte de la ropa que llevaba puesta y que en ese momento estaba estorbando. Bautice ese lunar en el medio de sus senos con mi nombre y me instalé en sus labios, dejando que todo lo demás se diera de manera natural.

Salimos del carro luego de terminada la acción, me ve a los ojos y dice:

-- ¿ Sabes ? ya no nos volveremos a ver, mañana me voy del país. Gracias por todo.

Nos damos el tan fatal "beso de despedida".

Me quedé helado y salieron de mis labios esa única palabra que describe el impacto de tan grande noticia:

MIERDA !!

-EMN-